Mientras sus compañeros disfrutaban del día libre luego del empate en Sarandí ante Arsenal, Juan Román Riquelme estuvo en Casa Amarilla entrenando con el kinesiólogo del club, Leo Betchakián, buscando una rápida recuperación del desgarro que sufrió en la semana posterior al Superclásico.
El volante hizo saber a sus allegados que quiere jugar el domingo ante Newell’s porque se siente bien para jugar, pero en el cuerpo médico de Boca le avisaron que son tres las semanas que necesita para estar en forma óptima. ¿Estará el enganche listo para jugar en la Bombonera hasta la Lepra? Solo él y Falcioni lo saben.
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